Durante cerca de 30 años, la psicóloga Carol Dweck y sus colegas de la Universidad de Standford estuvieron interesados en investigar la actitud de estudiantes ante el fracaso. Después de estudiar a miles de niños, ella acuñó el término Mentalidad de Crecimiento para referirse a aquellas creencias sobre el aprendizaje, las habilidades y la inteligencia.
Sus descubrimientos hay mostrado que, cuando las personas creen que sí pueden llegar a ser más talentosos, competentes o inteligentes, comprenden que el esfuerzo los hace más fuertes y están más dispuestas invertir tiempo, trabajo y energía para alcanzar mayores resultados. Las investigaciones de Carol Dweck han conectado también la Mentalidad de Crecimiento con mayores niveles de efectividad y logros en las personas.
Hallazgos en el ámbito de la neuro plasticidad han revelado que las conexiones entre las neuronas pueden cambiar dependiendo de la experiencia. Con práctica, por ejemplo, a través de hacer preguntas, tener una buena nutrición, o utilizar determinadas estrategias, las redes neuronales generan nuevas conexiones y fortalecen las ya existentes.
Las personas con una Mentalidad Fija creen que el talento y la inteligencia son estáticos y que no se pueden cambiar. Ven el desafío como algo negativo, evitan los obstáculos, muestran poca apertura a la retroalimentación útil y se sienten amenazados por el éxito de los demás. Como resultados, las personas con mentalidad fija no logran desarrollar su máximo potencial porque se limitan antes.
Las personas que tienen una Mentalidad de Crecimiento creen que sí pueden cambiar sus habilidades e inteligencia a través del trabajo y el esfuerzo. Estas personas persisten cuando enfrentan obstáculos, aceptan los desafíos, no temen fracasar o equivocarse, y valoran al esfuerzo como una oportunidad de aprender y desarrollarse. Las personas con una mentalidad de crecimiento alcanzan mayores niveles de logros y tienen un mayor sentido de voluntad.
Carol Dweck señala que cultivar una mentalidad de crecimiento requiere de trabajo y tiempo. A continuación, te proponemos algunas estrategias que desarrollar tu propia mentalidad así como la de tu equipo:
- Reconoce tu propia mentalidad. Observa qué pensamientos aparecen en forma automática en torno a experiencias de retroalimentación, errores, obstáculos o desafíos que te sacan de tu zona de confort.
- Reconoce que tú sí puedes cambiar tus creencias fijas. Con intención y práctica cultiva pensamientos relacionados con la mentalidad de crecimiento. Por ejemplo, “el esfuerzo me hace crecer”, “esta es una oportunidad para aprender”, “me enfocaré en las oportunidades de crecimiento de la retroalimentación recibida”, entre otros.
- Se paciente con tus errores e imperfecciones. Enfócate en el crecimiento más que en la velocidad del aprendizaje. En ocasiones, ciertos aprendizajes requieren tiempo.
- Prueba distintas estrategias de aprendizaje. Descubre aquella que mejor te sirve.Recuerda que las estrategias más efectivas son las que te invitan a aprender haciendo y aprender con otros.
- Reconoce acciones más que características personales.
- Redefine o amplia tu concepción de términos como inteligente, talentoso, competente.
- Aprende de los logros y errores de los demás.
- Proponte permanentemente nuevos objetivos de aprendizaje.
- Celebra tus logros y crecimiento con los demás.
- Practica el enfoque apreciativo para ti y los demás.
Alejandra Wright
Directora Ejecutiva
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