Inmunidad ante el Cambio: Desbloqueando tus resistencias a cambiar
Declaraciones como “Mañana comienzo a hacer deporte”, “esta vez sí dejaré de fumar”,”este semestre entregaré más reconocimiento a mi equipo” esconden muchas veces las dificultades que tenemos para cambiar, aunque verdaderamente lo deseemos mucho.
Robert Kegan y Lisa Laskow , ambos profesores de la Universidad de Harvard, después de estudiar durante muchos años el desarrollo de las formas de pensar y de los procesos mentales en los adultos, desarrollaron el modelo de “Inmunidad contra el cambio“ que sostiene que, del mismo modo en que nuestro sistema inmune biológico nos protege ante invasiones no deseadas, también poseemos un sistema inmune psicológico o emocional que nos protege de las amenazas de cambio a la forma de pensar que hemos construido durante los años y a través de la cual nos percibimos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.
Este sistema emocional nos permite sentir seguros y nos ayuda a evitar el miedo, la ansiedad, la vergüenza, la culpa y la incomodidad emocional, organizándose para rechazar una amenaza exterior o amenaza de cambio.
Si agregamos a esto, el hecho de que muchas personas tienen dificultad al identificar sus emociones, pueden reaccionar evitando determinados sentimientos o experimentando incomodidad a través de la des-motivación.
Soluciones Técnicas /Soluciones Adaptativas
La Inmunidad ante el Cambio explicaría por qué las estrategias técnicas por sí solas no funcionan para lograr cambios de carácter adaptativo en las personas.
Los desafíos técnicos, como el aprender a manejar o construir una planilla de datos, pueden ser abordados de formas relativamente sencillas o definidas y no requieren de cambios profundos en la manera en la que pensamos para llevarlos a cabo. En cambio, los desafíos adaptativos, como desarrollar la confianza o coordinarse con otros, muchas veces requieren cambios sustanciales en la manera en la que interpretamos nuestra realidad.
Por ejemplo, podríamos tener el deseo de tener relaciones más cercanas y efectivas con los demás en el trabajo. Entonces, hacemos un compromiso de cambiar ciertas conductas para alcanzar el objetivo: (1) buscar más oportunidades de interacción con los demás; (2) actuar más sociable, hacer preguntas; y (3) hacer más esfuerzos para aplicar una escucha activa. Todas estas pudieran ser solo soluciones técnicas, sino cambiamos nuestra mentalidad respecto de las relaciones que establecemos con los demás.
¿Cómo diseñar soluciones adaptativas?
Kegan y Lahey proponen un proceso de 4 etapas. Lo primero es descubrir lo que deseas alcanzar así como los verdaderos sentimientos, nuestra agenda oculta, mirando aquellas acciones que desplegamos justamente para sabotear nuestro propio cambio.
En lugar de observar nuestras soluciones técnicas (en nuestro ejemplo serían (1) Me quedo en mi oficina y me aíslo; (2) soy reservado y tímido en situaciones sociales; y (3) me resisto a cualquier conversación que vaya más allá de lo superficial), Kegan y Lahey recomiendan ver aquello que estamos haciendo realmente hoy EN VEZ de lo que queremos hacer.
La brecha entre lo que queremos alcanzar y lo que realmente estamos haciendo es un indicio de que hay una recompensa en nuestras acciones, hay algo que nos está protegiendo de la incomodidad emocional.
Luego, corresponde identificar los compromisos ocultos que compiten entre sí:
En nuestro ejemplo, el compromiso visible, “ tener relaciones más cercanas y efectivas con los demás”, puede estar compitiendo o en oposición al compromiso oculto que está designado a protegernos: “no ser decepcionado en las relaciones”.
El siguiente paso es reconocer los supuestos o creencias, nuestras grandes verdades, detrás de los compromisos ocultos:
(1) no soy tan fuerte como para arriesgarme a una decepción, o (2) si muestro vulnerabilidad, otras personas se aprovecharán de mi.
Finalmente, en el último paso la invitación es a implementar un cambio adaptativo: aquel que integre nuestras necesidades emocionales en las soluciones que diseñamos.
Ejercicio Personal:
Inspirados en este proceso, te proponemos algunas preguntas para ayudarte develar tus potenciales resistencias y así diseñar estrategias que te acerquen en forma más efectiva a tus objetivos:
1.-.¿Qué te gustaría alcanzar?¿Cuál es tu meta? ¿Cómo tus acciones del día a día están orientadas a dicha meta?
2.-¿Qué comportamientos que despliegas a diario pudieran estar saboteando, consciente o inconscientemente, tu meta? ¿Qué acciones te alejan de tu meta?
3.-¿Qué creencias personales o supuestos pudieras estar “protegiendo” con dichas acciones?
4.-Con esta información ¿Qué acciones creativas e innovadoras pudieras comenzar a implementar para alcanzar tu meta, cuidando que tus “saboteadores internos” se mantengan tranquilos y sin percepción de riesgos o incomodidad emocional?
