Sin emociones no puede haber atención, ni aprendizaje ni memoria.
El investigador en neurociencia Francisco Mora y doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford plantea en su publicación Neuroeducación que el elemento esencial en el proceso de aprendizaje es la emoción ya que sólo se puede aprender aquello que emociona, aquello que le dice algo nuevo a la persona, que significa algo: «la neurociencia cognitiva ya nos indica, a través del estudio de la actividad de las diferentes áreas del cerebro y sus funciones que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo, aquello que llama la atención y genera emoción, aquello que es diferente y sobresale de la monotonía”.
“La atención, ventana del conocimiento, despierta cuando hay algo nuevo en el entorno. Ese ‘algo nuevo’ apela, como hace millones de años, a la supervivencia como último significado” “La atención nace de algo que puede significar recompensa (placer) o castigo (peligro) y que por tanto tiene que ver con nuestra propia vida”. “Pero con el devenir evolutivo y la propia civilización , aprender y memorizar son mecanismos que los hemos llevado a unos niveles tan abstractos y de tan alto calado social que escapan y se han venido alejando de las raíces inviolables, genéticas y evolutivas, de aquella alegría que en su origen significó verdaderamente aprender y memorizar”.
APRENDIZAJE Y LIDERAZGO
Si vemos al liderazgo como una función organizacional que estimula el aprendizaje en los equipos, por ejemplo, aquel necesario para adaptarse a los cambios, para innovar o para relacionarse en entornos cada vez más diversos, es esencial que las organizaciones desarrollen también en sus líderes, coaches, entrenadores y mentores competencias para la gestión emocional.
Las emociones son precursoras de nuestras acciones, por lo tanto, son clave en el desempeño y productividad laboral, así como en la calidad de las relaciones interpersonales y clima en el trabajo.
En WRIGHT, guiados por diferentes investigaciones en Inteligencia Emocional y Neurociencia proponemos a las organizaciones y sus líderes gestionar sus emociones, por ejemplo, a través de los siguientes enfoques:
- Desarrolla tu auto-conciencia emocional, percibe las señales que tu propia corporalidad te entrega cuando navega por diferentes emociones o estados emocionales
- Cultiva tu alfabetización emocional. Aprende a distinguir las diferencias entre las emociones y a nombrarlas.
- Profundiza en el auto-conocimiento de tu estilo de trabajo, por ejemplo, a través del Modelo DISC, conocido también como el lenguaje de las emociones.
- Reconoce las emociones en las personas con las que interactúas. Si eres líder, coach o mentor en una organización, ayuda a otros a tomar conciencia del rol que juegan sus emociones en su toma de decisiones o la gestión de sus conflictos.
- Brinda feedback de manera constructiva y ayuda a otros a desarrollar su mentalidad de crecimiento.
- Cultiva el enfoque apreciativo en ti y en los demás.
- Practica activamente el reconocimiento y gratitud en el trabajo.
- Aprende a gestionar su emociones a través de la práctica consciente de tu respiración, como por ejemplo a través del mindfulness, el yoga, el baile o el deporte.
Te invitamos a revisar también nuestros artículos:
- Mejores Prácticas para Apoyar una Cultura de Aprendizaje
- Aprendizaje Organizacional y Motivadores en el Trabajo
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