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Mujer, trabajo y felicidad

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La reciente conmemoración del Día Internacional de la Mujer nos invita a honrar nuevamente a un grupo de mujeres que, hace más de 100 años, murieron trágicamente luego de protestar por sus condiciones y derechos laborales.

Sin perjuicio de los múltiples avances que aún necesitamos generar en relación a la igualdad de género en el mundo, y de los enormes desafíos que debemos abordar las mujeres día a día para compatibilizar el cuidado de la familia, nuestro rol laboral y la realización de otras actividades que contribuyen a la sociedad, hoy quiero invitarte a dar una mirada apreciativa al aporte del trabajo en la vida de las personas y cómo este contribuye a su felicidad.

El foco apreciativo es el que ha venido trabajando, desde hace unos 20 años, la Psicología Positiva. Nos invita a movernos desde un paradigma más tradicional, centrado en la resolución de problemas y de lo que no funciona, hacia un paradigma que se centra en lo que sí existe y lo que sí funciona, con el propósito de generar mayores emociones positivas y protectoras de nuestro bienestar y vida.

A continuación, compartiré contigo alguno de los hallazgos que se han obtenido fruto de muchos esfuerzos e investigación científica, esperando inspirarte a aplicar algunas de las prácticas que han demostrado generar resultados positivos en materia de felicidad.(Si te interesa profundizar en este tema, te recomiendo leer el libro «La Auténtica Felicidad« de Martin Seligman).

¿Quién quiere ser feliz en la vida?

En mis más de 10 años de experiencia ayudando a personas y organizaciones a mejorar su efectividad y comunicación en el trabajo, he podido ver que la aspiración a la felicidad de sí mismo/a y de los seres queridos es un común denominador en los individuos, sin importar su cargo, ocupación, condición social, formación o género. Al parecer la búsqueda de la felicidad es un afán que nos une como humanidad.

Un estudio, en el que participaron cerca de 3,000 personas que fueron encuestas sobre su nivel de felicidad promedio, arrojó un resultado de 6,9 (en donde 0 es “inmensamente infeliz” y 10 “inmensamente feliz”). Puedes comparar tus propios resultados, preguntándote cuál es tu nivel de felicidad promedio ( del 0 al 10), e invitar a tu familia, amigos y/o colegas a realizar el mismo ejercicio. Este puede ser un buen punto de partida para comparar tus avances, después de aplicar algunas de las prácticas que compartiré más adelante.

¿Qué es la felicidad?

¿Es la felicidad solo un momento? ¿Es la felicidad el tener solo momentos agradables?

Hace ya una década, la psicóloga e investigadora Sonja Lyubomirsky, definió la felicidad como la experiencia de la alegría, la satisfacción o el bienestar positivo, combinado con el sentido de que la vida es buena, significativa y valiosa.

La felicidad es una combinación de emociones positivas, que experimentamos a través de nuestros recuerdos o pensamientos, de las vivencias y de cómo nos visualizamos hacia el futuro, con un estado emocional interno de satisfacción y de sentido positivo sobre la vida.En el mismo estudio señalado anteriormente, los 3.000 encuestados manifestaron que el 54,13% del tiempo se sentían felices, el 20,44% infelices y el 25,43% neutros.

La felicidad implica la vivencia de emociones positivas y de bienestar, y del manejo adecuado de emociones negativas como la tristeza, la rabia o el miedo. Estas últimas, también tienen un rol importante en nuestras vidas, ya que nos permiten valorar las experiencias positivas, así como darles un significado a las pérdidas, poner límites o defendernos, protegernos o cuidar a quienes queremos. Tanto las emociones positivas como las negativas tienen un rol activo en nuestra evolución.

¿Qué es lo que hace feliz a las personas?

Una de las investigaciones más extensas y robustas, realizada durante varias décadas por la Universidad de Harvard, concluyó después de haber estudiado año a año la vida de más de 700 personas, que la clave de la felicidad es tener relaciones sociales saludables. Este factor probó, entre otras cosas, aumentar la longevidad y salud de las personas participaron en el estudio, así como ser un elemento protector de la memoria y del manejo del dolor físico.

El segundo factor que impacta la felicidad de las personas es el trabajo. Pero no cualquier trabajo, uno al que le demos un significado y que nos permita hacer uso de nuestras fortalezas.

Uno de los estudios realizados a la generación Millenial, indicó que dentro de sus elementos más valorados están: el trabajar o pertenecer a una cultura colaborativa (y no a una competitiva), tener un jefe formador, tener flexibilidad laboral y oportunidades para integrar el trabajo con la familia.

En una encuesta que, curiosa y humildemente, realicé en una comunidad en donde participan más de 2.000 mujeres, algunos de los elementos que más valoran en su trabajo y que aportan a su felicidad son:

  • Buen ambiente laboral, espíritu de equipo
  • Solidaridad, apoyarnos entre nosotras, evitar la envidia y el boicot
  • Sentirme útil, sentir mi trabajo vale, sentir que aporto al bienestar de otros
  • Actitud positiva, dejar de quejarse, agradecer
  • Lograr un equilibrio entre lo que te gusta, lo que amas y lo que debes hacer
  • Autoconocimiento y tiempo para desarrollar mis talentos
  • Trabajar en lo que me gusta, desarrollar mi vocación

Por lo tanto, no importando si es en el trabajo, en la familia, con nuestros amigos o en una relación amorosa, una de las claves de la felicidad es la calidad de las conexiones que tenemos y mantenemos con otros seres humanos.

La felicidad es contagiosa

En otra encuesta que realicé a mi grupo de amigos más cercanos, descubrí que su nivel de felicidad promedio es de un 8,1 (nuevamente, en el mismo rango de 0 a 10). Esto me puso muy contenta, tanto por el beneficio que esto puede traerles a sus vidas, así como por el impacto que su propia felicidad puede tener en los seres que les rodean.

En una investigación multi generacional, realizada desde 1949 por Nick Christakis y James Fowler, se encontró que la felicidad es contagiosa, descubriéndose que una persona feliz tiene un impacto positivo en la felicidad de sus amigos, de los amigos de sus amigos, y de los amigos de los amigos de sus amigos.

En los años 80 el neurobiólogo Giacomo Rizzolattiy descubrió las Neuronas Espejo, las que se activan en el cerebro cuando vemos a otro expresando una emoción, haciéndonos, por ejemplo, bostezar cuando otra persona bosteza. Las Neuronas Espejo respaldan el poder contagioso de las emociones y nos recuerdan que somos seres sociales y emocionales, también en el trabajo.

En los años 90, el psicólogo chileno Marcial Losada descubrió que los factores de los equipos de alto desempeño son: un clima marcado por emociones más positivas que negativas y una alta conectividad. Esta última es entendida como aquellas interacciones en que dos o más personas resuenan, donde algo de lo que una dice produce un efecto en la otra y sus acciones, y viceversa.

Por lo tanto, la felicidad y las emociones positivas no solo tienen un impacto en nuestros amigos, familia, vecinos y compañeros, sino que también nos permiten tener un mejor desempeño en el ámbito laboral.

¿De qué depende la felicidad?

La psicóloga Sonja Lyubomirsky en su libro «The How of Happiness« nos plantea un poderoso descubrimiento: La felicidad depende en un 50% de nuestra genética. Por esta razón, por muchos años se pensó, por ejemplo, que una persona que genéticamente estaba determinada a experimentar emociones negativas o depresión, no podría hacer nada por elevar sus niveles de felicidad. Sin embargo, su investigación por más de 20 años ha demostrado que la felicidad sí puede ser impactada por nuestras propias acciones.

El 10% de la felicidad está determinado por nuestras circunstancias, sin embargo, se ha descubierto que el dinero o la fama, no han demostrado ser predictores o causantes importantes de la felicidad en las personas. Se ha observado que, más importante que el dinero, la felicidad está suscitada por la importancia que la persona le asigne al dinero.

El 40% restante de la felicidad está impactado por nuestras acciones, existiendo variadas investigaciones que demuestran, por ejemplo, el poder preventivo de las emociones positivas en la depresión, o la capacidad de amplificación que tienen ciertas acciones para elevar los niveles de felicidad en solo una semana y mantenerlos en el tiempo.

El poder de tus acciones

Cuando investigué a cerca de la felicidad promedio en mi red más cercana, también aproveché de preguntar cuáles eran los ingredientes que estaban detrás de su receta para la felicidad. Algunas de las opiniones fueron las siguientes:

  • Ser uno mismo, ser auténtico
  • Maravillarse con las cosas simples de la vida
  • Disfrutar y compartir con otros las penas y alegrías
  • Agradecer día a día, pensar que todo es un milagro
  • Hacer lo que te gusta, lo que te llena el corazón
  • Pensar que nunca es demasiado tarde
  • La música, cantar

Probablemente hasta ahora tú ya hayas probado algunas fórmulas para proveerte de emociones positivas y alcanzar la felicidad. A continuación, compartiré algunas de las prácticas que han demostrado ser efectivas en la elevación de la felicidad, y espero que puedan ayudar a tu crecimiento personal y profesional:

  1. Cultiva la relación contigo mismo/a:
    • Motívate con un propósito, ten un fin en mente. El objetivo puede ser aumentar tu nivel de felicidad, elevar tu desempeño, mejorar tu nutrición y relación con el deporte, planificar qué hacer el próximo fin de semana, aprender algo nuevo, incorporar mayor disfrute en tu familia, etc. Mantente atento(a) a tus creencias sobre ti mismo(a) y revisa si son realmente constructivas y posibilitadores de emociones positivas en ti.
    • Enfócate en tus resultados: Junto con la calidad de las relaciones, el segundo factor que más impacta la felicidad en el trabajo son los resultados. Las personas necesitamos ir ver nuestro progreso, así como confirmar que somos capaces en lo que hacemos. Intenta visualizarse haciendo y logrando tu objetivo: con esto aumentarás en un 50% tus posibilidades de logro.
    • Has la diferencia en tu trabajo, agrega valor: Las investigaciones han señalado que las personas que demuestran una especial afinidad con el propósito de su trabajo y que buscan trascender a través de sus acciones tienen mejores niveles de compromiso y manejan mejor las demandas del mundo laboral, que pueden generar estrés.
    • Practica la atención plena o atención en el presente: A través de ejercicios de respiración sencillos, de la práctica de yoga o del trabajo con mándalas, por ejemplo,  intenta mantenerte conectado(a) contigo mismo(a) y de encontrar un lugar interno que te brinde calma y contención.
  2. Practica tus fortalezas: Estudios indican que las personas que han puesto en práctica sus fortalezas de una manera novedosa durante 1 semana, han elevado sus niveles de felicidad y los han mantenido por 6 meses. Una clave, entonces, para desarrollar esta práctica es descubrir o reconocer tus fortalezas. Para esto puedes pensar y hacer un listado de aquellas virtudes que hablan de tu esencia como persona, que te son fáciles de aprender o que te energizan cuando las pones en práctica. También puedes pedir retroalimentación a tus seres más cercanos. Luego establece un plan para utilizar tus fortalezas en algún momento, todos los días. Si te interesa profundizar en este tema, puedes responder al Test de las Fortalezas (Hacer click AQUI (Será necesario que te registres)
  3. Cultiva la relación con los demás: Ya vimos anteriormente el poderoso impacto que tienen nuestras relaciones en los demás y la capacidad de contagio emocional que tenemos con quienes interactuamos. Por eso, puedes fortalecer tu relación con los demás, a través de las siguientes acciones:
    • Saluda, has contacto visual, se amable con los demás
    • Llama a las personas por su nombre
    • Evita pre-juzgar, examina tus creencias automáticas frente a los demás, especialmente las negativas
    • Encuentra lo positivo que hay en el otro
    • Escucha para entender
    • Contagia a otros con tu positividad
  4. Practica el agradecimiento: El agradecimiento ha sido ampliamente estudiado como práctica promotora de la felicidad. Te invito a ver el siguiente video y a poner en acción las siguientes recomendaciones (Hacer click AQUI)
    • Practica activamente el agradecimiento: Por ejemplo, registra semanalmente 3 nuevas razones por lo que estás agradecido/a. También puedes escribir una carta para alguien a quien le estés muy agradecido en la vida. Si es posible, intenta entregarle esta carta en persona.
    • Da la gracias a los otros
    • Reconoce los buenos actos y fortalezas de los más, así como los que hay en ti.
    • Intenta ver el lado positivo de las experiencias. El perdón, junto con el agradecimiento, son las 2 prácticas que nos permiten estar más reconciliados con nuestro pasado.
  5. Disfruta: Los muchos avances tecnológicos, y la vida rápida y estresada a la que muchos de nosotros estamos expuestos, nos han hecho ir dejando de lado nuestra capacidad de disfrute. El Savoreo (Savoring en inglés) nos invita a reivindicar nuestro DERECHO a disfrutar del presente. Consiste en desarrollar mayor consciencia del placer y el deleite de nuestros sentidos:
    • Prepárate para disfruta, deja un momento solo para ti y para hacer lo que más te guste
    • Concéntrate en las experiencias que te dan place y permítete disfrutar
    • Exprésate a ti mismo/a y a los demás la felicidad que te entregan dichas experiencias
    • Guarda recuerdos sobre tus momentos felices.
    • Convierte en un hábito el recordar y reflexionar sobre los momentos felices en la vida
  6. Practica la generosidad: Los estudios han comprobado que una de las consecuencias de la felicidad en las personas es que activa sus ganas de dar. La generosidad permite beneficiar a otros y también a quien la ejecuta, ya que con esto activa en su cerebro el sector de la gratificación. Con esto, el dar se convierte en un círculo virtuoso: Cuando somos felices queremos compartir y ayudar a los demás, cuando somos generosos somos más felices:
    • Regala una sonrisa, una palabra de aliento. Inspírate con el poder de la risa en el siguiente video (Hacer click AQUI)
    • Ayuda a otros
    • Comparte tus conocimientos y fortalezas con los demás
    • Da sorpresas agradables

Si has llegado hasta el final de este artículo, te doy las gracias por tu interés y atención, y espero haberte podido contagiar con mi esperanza de construir un mayor bienestar para todos, empezando por nosotros(as) mismos(as).

Si quieres compartir tus experiencias o tienes preguntas, puedes comentar este post o escribirme a alejandra@wright.cl. Si quieres contagiar a otros, comparte este post con en tus redes sociales.

Un abrazo!

Alejandra Wright

Coach y Facilitadora de Conversaciones y Aprendizajes

Directora Ejecutiva de  www.wright.cl

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